miércoles, 30 de enero de 2013

Hay momentos

Hay momentos en la vida que nos pueden parecer desastrosos, pero son esos momentos los que muchas veces nos hacen reaccionar, quizás parezca que está todo mal, que solo tienes todo aquello contrario a lo que pretendías tener, ves que a otras personas les va mejor que a ti, que ellos si consiguen lo que quieren, incluso también consiguen lo que tú querías. Esos son momentos que solo nos deben valer de impulso para seguir luchando por todo eso que tu crees que te hará feliz, que rendirse no es una opción y que llorando y lamentándote, no conseguirás nada, pero debes tener algo tan claro como esto, tienes que definir tu felicidad como algo independiente a mil variables aleatorias que definen tu ambiente, debes obviar que la felicidad no puede depender de una persona que no seas tú mismo, debes ver que si consigues llegar al final, ha sido exclusivamente por tu esfuerzo, que seguro no ha sido poco, pero sabiendo que no por ello debes sentirte superior a personas que no lo han logrado aún, porque a veces no es el mejor el que llega antes a la meta, sino quien previamente a eso, disfrutó por el camino, también lloró, pero el que a pesar de tropezar con mil piedras sigue adelante sin desfallecer. Por el camino, habrán tramos, y tramos, algunos fáciles y algunos demasiado complicados con muchas cuestas por subir, pero no importa cuanto tardes en llegar a la cima de una montaña, si al final lo logras. Quizás tu vida te parezca desastrosa, pero no eres la única persona quien lo piensa, pero simplemente es un sesgo de perspectiva, quizás eres tú quien esta de patas arriba mientras tu vida continúa con los pies sobre la tierra, es más deberías saber que aunque tengas un desastre de vida, es uno de los mejores momentos que te reconcilian contigo mismo, cada tramo así solo define un nuevo punto de partida, un punto de inflexión en el que ves que haces mal, y quieres cambiarlas, y es ahí donde una persona se va haciendo más rica, no hace falta dinero, serás una persona cada vez más completa, más humilde, y más luchadora, acabarás por comprender que quien algo quiere, algo le cuesta, que no todos llevamos el mismo ritmo de vida, que no importa las veces que caigamos sino que continuemos con firmeza y entereza, y algo de verdad muy muy importante, es la confianza en ti mismo, esa confianza que no puedes perder de vista y que no puedes olvidar ni un solo segundo, al fin y al cabo es una de las grandes claves de la felicidad, aunque las cosas salgan mal, confía en que puedes, y podrás.

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