domingo, 31 de marzo de 2013

El destino


¿Hasta qué punto el destino es el autor de nuestra vida? ¿Cuánto de determinantes somos nosotros mismos en ella?
Hay muchas situaciones diarias en las que pensamos que pasan  porque tienen que pasar, porque así lo define el destino, y al mismo tiempo así lo elegimos nosotros porque lo aceptamos así, pero ¿qué pasa con esas cosas que pasan sin que nosotros queramos que pasen? Esas que simplemente se presentan en tu vida, y de vez en cuando, ponen de patas arriba en tres segundos algo que te costó la vida mantener en orden. En nuestra vida se cruzan muchas personas, personas de todas clases, que se quedan o se van, y se supone que cada una de ellas es un plan particular que el destino planeó para ti, pero sin embargo, hay muchas de ellas que se van sin que tú quieras que se vayan y ahí el destino elige por ti, suprime tu pequeño deseo por lo que cree que será mejor, pero también hay personas que se quedan, que te tropiezas a diario y deberían irse y aunque tú así lo quieras, el destino se empeña en que te tropieces una y otra vez, haciéndote recordar cada segundo que duele, pero sí es probable que también sea una lección del destino, y que intente decirte las cosas que no son buenas, que te hacen daño para que no vuelvas a tropezar con una piedra parecida en exceso a aquella que una vez te hizo caer. En el fondo, no creo que se pueda diferenciar entre el destino y la elección propia, es cierto que hay cosas que nos pasan sin elegirlas, pero ¿hasta qué punto podríamos estar seguros de que no lo elegimos? A veces nos encontramos a alguien y pensamos, jolin el destino me lo puso delante, pero quizás no, porque si hubieses ido por otro camino a lo mejor y lo más seguro es que no fuese así, entonces ahí elegiríamos nosotros, y ahí ¿qué pasa con la teoría?¿ Se puede creer y no creer al mismo tiempo en el destino? ¿Se podrá elegir todas y cada una de las cosas que pasan en nuestro día a día?
El destino debe ser algo muy importante en nuestra vida, pero no lo será todo, a día de hoy confío en que sin mí yo no sería nadie, tú deberías pensar lo mismo, y luego creer en el destino.
Yo también confío en él, porque sin él no hubiese conocido a cada pequeña  persona que forma parte de mi vida hoy, y sin las que dejaría de ser yo.